Diversos y Capaces



Cuando Podemos apareció, surgió como una brisa de aire fresco para la ciudadanía. Se hablaba de palabras como "empoderamiento", "participación" y "democracia real". La ilusión y la esperanza ante un cambio posible inundó los conocidos como círculos, esencia inicial de este partido.
Animados por ese canto de esperanza, colectivos como el de las personas con diversidad funcional, que hasta ese momento habían sentido como los políticos solo se acordaban de ellos cuando llegaba el momento de votar, comenzaron a movilizarse porque vieron en Podemos un partido que luchaba para dar voz a los de abajo. Estas personas, a pesar de sus dificultades, se comprometieron y comenzaron a participar activamente para construir un partido inclusivo donde este colectivo fuera participe del cambio.
Como integrante del Equipo de Accesibilidad de la Asamblea Ciudadana y persona "diversa y capacitada", fui testigo de como nuestros esfuerzos por lograr que todos pudieran ser parte de este gran proyecto se veían diluidos por el poder de la mayoría.
De nuevo acabamos siendo discapacitados por no ser "rentables". Inicialmente, se construyeron unas potentes bases para conseguir que la Asamblea Ciudadana fuera 100% accesible. Se solicitó la ayuda del Círculo Podemos Discapacidad que se encargó de crear un equipo de trabajo para detectar las necesidades de cada uno de los colectivos de personas con diversidad funcional y varios expertos colaboraron desarrollando informes en los que se presentaban toda una serie de necesidades específicas. Con el esfuerzo de mucha gente, se logró que ese acto reuniera las condiciones adecuadas para todos.
La hoja de ruta parecía perfecta. El camino estaba diseñado para que todos pudieran participar, pero se olvidaron de su compromiso y lo que partió siendo una prioridad en el partido pasó a un segundo plano. Es hora de que Podemos recuerde su "ADN" y nos abra de nuevo sus puertas si no quiere que la semilla del cambio se marchite. Teniendo en cuenta las necesidades de estas minorías tendrá en su poder la llave para crear una sociedad más justa, convirtiéndose en ese referente que necesita la sociedad para comprender que todos somos imprescindibles.
Una silla de ruedas, la necesidad de un Ilse o cualquier otra adaptación no puede convertirse en una barrera para la participación. Mientras haya gente que no pueda estar presente en un acto debido a su situación, la igualdad no será una realidad. Puede que algunos nos tilden de "quejicas", pero si se producen estas circunstancias es nuestro deber alzar nuestra voz y decir: "Estamos aquí y queremos ser parte del cambio, porque nosotros también podemos".